domingo, 12 de febrero de 2012

"Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres" (Pitágoras)

La otra cara del mundo I


Saray, bien podría ser ese su nombre, con tan solo 11 años tiene una de las miradas más profundas y opacas que haya visto, imposible ver sentimiento alguno reflejado en sus ojos, aunque como niña que es no le falta una sonrisa y las ganas de jugar, solo que sus juegos no son los de una niña de su edad.

Saray, nacio en una barriada de un pueblo almeriense, retirada 10 o 12 kilómetros del núcleo principal, aunque en realidad su casa, en un carril de tierra entre invernaderos, dista tres o cuatro de su barriada. Y como si del famoso tercer mundo se tratase, el agua la saca de una tuberia de riego cercana que su familia picó para beber, en cuanto a la luz... la luz la empalmó uno de los novios de su madre de un poste cercano del tendido eléctrico. Su casa es tan solo un viejo almacén agrícola reconvertido en medio de ninguna parte y a los pies de la autovia.

En medio de aquel lugar, y con la familia que le tocó en la ruleta de la vida, Saray es una niña con muy pocas posibilidades, posiblemente condenada a la miseria desde el mismo día en que nació y avocada a la miseria humana que le rodea, la peor de las miserias.

Su hermana mayor, quien no se habla con su madre, vive independiente, con sus dos hijos y su marido, aunque en realidad este hace poco que ingresó en prisión por tráfico de drogas. solo tiene 21 años, pero ya tiene su propio hogar desestructurado. De la mediana, de 16, no se apenas más que su nombre. Y de sus padres... de su padre se tanto como ella, absolutamente nada, nunca lo llegó a conocer, o era demasiado pequeña para acordarse, el caso es que nadie sabe nada de él, quizás ande en una balsa como tanto otro empleado de la droga, o quizás en un penal, tampoco nadie se ha molestado en saber donde está. Y su madre... su madre es su referencia, los niños aprendes por imitación, estan condicionados por lo que ven, y Saray no es más que el espejo en miniatura de su madre. Según sus hermanas, y ella misma, desde que tienen uso de razón su madre cambia frecuentemente de pareja, llamemoslo así. Estan acostumbradas a verla con diferentes hombres, sin reservarse los momentos íntimos de su relación, que practican plenamente ante los ojos de sus hijas.

Y los niños hacen lo que ven, así que un día esta niña quiso jugar al juego que juega su madre, y la imitó, intento jugar con algunos hombres, porque por su casa pasan muchos, buscando algo para aplacar el mono. Y un mal día encontró alguién que quisiera jugar ese juego, y poco a poco fue llegando más lejos, demasiado lejos. Tanto que había quien acudia a su casa ya no buscando esa mierda que meterse, si no a ella. Lo peor es que eso se en su casa se permitia, tanto es así que su hermana mediana llegó a contar que había la había visto desnuda en la cama con un hombre que ronda los 30, y a quien tuve el inmenso placer de poner ante un tribunal. Su hermana mayor llegó incluso a contarnos que sabía que la pequeña Saray había mantenido relaciones con una considerable cantidad de hombres de diversas nacionalidades, e incluso con animales..

Hasta que un día su madre acudió a denunciar a un conocido yonqui, que frecuentaba su casa, y en ocasiones buscando únicamente a esa niña que privaron de infancia... ¿Pero por qué tardo tanto? Posiblemente detrás de todo solo hubiese una deuda de droga... O al menos así lo creo yo.